El traqueteo sordo y cadencioso del motor que acompaña el surcar de la barquichuela sobre las aguas podría adormilar a cualquiera. Si le sumamos las horas de viaje acumuladas y un sol que, poderoso, comienza a ser incipiente, tendríamos el escenario ideal para cerrar los ojos y dejarnos mecer por los brazos del lago. Imposible. ... Read More