El hombrecillo, más menudo de lo imaginado, viste vaqueros, camiseta ajustada y zapatillas deportivas. Al aproximarnos, una ristra de dientes a modo de sonrisa no deja resquicio para la duda. Es él. Estrechamos las manos y, de sopetón, suelta: «¿Vosotros también corréis, verdad?». «Sí», balbuceamos, «¡pero no como tú…!». «Pues cada día entreno en las ... Read More