Los castillos de Gondar

Los castillos de Gondar

Fasilidas , en la parte superior de la escalinata, mira impávido al visitante que, absorto, pasea entre murallas, jardines y construcciones medievales, imaginando una época esplendorosa.  Simple alucinación. El tal Fasilidas, a menudo conocido como Fasil, el emperador que fundó este lugar en 1635, lleva años deambulando en una mejor vida, entre la leyenda y la historia. Pero así es Gondar. La antigua capital de Etiopía traslada al viajero a un mundo pretérito, repleto de fantasmas que, como Fasilidas, asoman por entre ventanales, rincones de piedra y esquinas sombrías.

gondar_palace_endoethiopiaGondar merece, sin duda, un alto en el camino (o más). Su visita es la cuadratura de ese mágico círculo que, en las rutas del norte por el país, completan Lalibela y Bahar Dar. Puerta de entrada obligada para pasear entre babuinos gelada y Wallias en las exuberantes Simien Mountains, a Axum y , por qué no decirlo, una caja de sorpresas donde rastrear los resquicios del pueblo falasha (judíos de origen etíope) o quedar maravillado de las celebraciones del Timkat.

Pero regresemos a sus muros. Gondar no es Patrimonio Histórico-Cultural de la Humanidad desde el año 1979 por casualidad. Ya desde el imponente Hotel Goha, con una Saint George entre los dedos, se disfruta de un conjunto único. La atracción más llamativa es el Fasil Ghebbi o Recinto Real. 70 mil metros cuadrados que incluyen seis castillos, un complejo de túneles y otros edificios. Sobresale el castillo de Fasilidas, perfecta combinación de estilos portugués, axumita e, incluso, de la India. Pero hay más. El castillo de Iyasu (de construcción más elaborada), el castillo de Bakafa o la todavía hoy espeluznante jaula de leones.

A escasos dos kilómetros de distancia nos topamos con los baños de Fasilidas, eje central de la festividad del Timkat o Epifanía.5V3A7467

Por último, Gondar alberga la iglesia de Debre Birham Selassie. El escenario de no pocos funerales reales merece nuestra atención por sus abundantes pinturas interiores, en especial las del techo decorado por las ochenta caritas angelicales.

Gondar, el “Camelot en África”, el sueño hecho realidad de Tolkien en “El Señor de los Anillos” debería incluirse en cualquier agenda de visitas de Etiopía, igual que los Hamer, el Danakil, Harar o las montañas de los Dorze.

Y si tenemos un poquito de suerte, allí, en el claroscuro de las batallas del siglo XVII, Fasilidas no dejará de vigilarnos.

Texto: RAFA MARTÍN / Fotos: TONI ESPADAS

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