Una noche de marcha por Addis Abeba

Una noche de marcha por Addis Abeba


El gigante teutón, con una larga cabellera rubia anudada en una cola, se dirige a nosotros y suelta: «Yo de vosotros no saldría de noche por Addis, es peligroso y aburrido…». Dicho lo cual gira sobre sus pasos y se pierde en la oscuridad del Ras Hotel, uno de los más emblemáticos de la ciudad. Estupefactos y contrariados, apuramos nuestros respectivos machiatos y dejamos escapar una incontrolable risita. En dirección a nuestro vehículo, y todavía al hilo de la conversación, respondemos al unísono: «¿Peligrosa y aburrida?, ja,ja,ja».

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La escena, aunque anecdótica, refleja una impresión que, sin ser generalizada, suele acompañar a la opinión de algún que otro turista que acaba de aterrizar en Addis Abeba. La experiencia, sin embargo, nos dice que no hay nada más lejos de la realidad. Es más, la ciudad, que crece de manera exponencial al país, esconde una intensa vida nocturna, con conciertos de música en directo, discotecas de relumbrón y garitos locales con mucho encanto.

Desde Endoethiopia, asesorados y acompañados por varios de nuestros amigos autóctonos, hemos diseñado una ruta nocturna que, sin ser la panacea ni la única, demuestra que en la capital hay algo más que el Museo Etnológico o el Stadium

La primera consumición de la noche puede caer, sobre las siete de la tarde, en alguno de los populares kebeles. Los bares locales (uno por distrito, más o menos) se caracterizan por reunir a la parroquia en torno a una cerveza local de barril. A modo de centro cívico, en el chiringuito se paga por adelantado y, si la Saint George o Meta de turno están a punto de acabarse, la costumbre es pedirse uno o dos tubos a la vez,  por si acaso….Como suena.

Otra buena opción madrugadora puede ser, por ejemplo, el Yetsion Hotel, en Lancha Area. Teddy Afro y sus coetáneos ( en versión enlatada, no os creáis) pueden llegar a animar un agradable patio donde se sirven deliciosas injeras de todo tipo.

Si el hambre ya empieza a llamar a la puerta, nada mejor que elegir entre la amplia gama de restaurantes. ¿Un buen bratsburg? Beer Garden es el lugar. La cervecería, ubicada en Etna Mall y cerca de Medhane Alem Church, se distingue por su cerveza de producción propia (Garden Braü) y que se sirve en probetas según los metros que cada uno necesite…Addis_noche_fiesta_Endoethiopia (3)

En cambio, si se opta por buena carne de vacuno, un bar-restaurante de nombre Rodeo se postula como una oportunidad idónea para paladear algo diferente a la gastronomía nacional

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. Cerca de Bole Road, el establecimiento está decorado con motivos del Western Americano  y destaca por sus brochas a la brasa y gintonics.

En este apartado culinario no podemos olvidarnos de la tradición. El Habesha es el indicado. Injera y platos típicos de Ethiopia en un buffet donde nunca falta nunca un excelente espectáculo de danzas.

Si ya hemos saciado el apetito, podemos trasladarnos al Stoli. Situado frente al Beer Garden, su decoración y ambiente recuerda a cualquier local de moda de Madrid o Barcelona. Elegante y con música en directo de calidad.

Antes de dar rienda suelta a nuestras artes danzarinas, el Stockholm, en Bole Road, puede servir para contactar visualmente con un país que crece (macroeconomía, no olvidemos) de manera vertiginosa. Vestidos ajustados para las chicas y chaqueta con corbata para ellos, en un estrecho bar de música internacional.

Un buen postre antes de ir a dormir: El Tri Up y el H2O, dos discotecas de  Bole Medhanealem. Los grupos de amigos se unen al calor de una botella de licor y los más transgresores fuman, a diferencia de lo que pasa en Europa, sin la necesidad de salir al balcón. Las discos, donde las consumiciones se miden con un dedal (sic), se encuentran en plantas altas de edificios de reciente construcción y combinan hits internacionales con canciones locales.

Con los hombros descoyuntados de bailar (intentar bailar, queremos decir) como los etíopes y las plantas de los piés desgastadas de tanto trajín, en aquel punto de la noche en el que los gatos son pardos, nos retiramos a nuestro aposentos y nos preguntamos, rememorando el encuentro con el rubio del inicio de este reportaje: «¿Addis es aburrida?».

Texto y fotos: RAFA MARTÍN

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